miércoles, 30 de noviembre de 2011

Reseña en Paraiso-4

Ver en Paraiso-4
Reseña de Gusapira

Dicen que un clavo saca a otro clavo. Ese proverbio es particularmente cierto en el caso que nos ocupa. El amor que proceso a Arturo Pérez Reverte quedó muy dañado después de El Asedio. O como diría la copla, se nos rompió de tanto usarlo. Y eso que el cóctel prometía: una ciudad sitiada, una obra coral donde se trenzan la realidad histórica bien documentada con varias minificciones de personajes menores que conforme avanza la trama principal adquieren protagonismo hasta culminar en... en el caso de El asedio... en nada, hasta culminar en un flojito puuuuffff siseante, como de globo que en vez de explotar se desincha sin ganas.
Dicen que las comparaciones son odiosas, y es cierto. He dado muchas vueltas a cómo plantear una reseña de La Guerra del Francés sin aludir a Reverte para no tener que poner a uno de mis ídolos en el lado perdedor de la comparación, cosa que parece que no, pero además de que está bien feo, personalmente, me jode. También dicen que la vuelta la que se sienta el perro siempre es a la última, y normalmente, no hacía falta dar muchas para acabar volviendo al principio: Así que para qué dar más vueltas: Trasladando Cádiz a Tarragona, El Asedio con la mitad de páginas y el doble de acción es La guerra del Francés. De hecho, junto con Un día de cólera, podrían constituir una trilogía.
Siguiendo con este odioso planteamiento comparativo destaco que la narración de La Guerra del Francés me parece bastante más ágil y la sucesión de acontecimientos con más ritmo, mejor enlazados. La dificultad de una novela en la que aparecen tantos personajes es no perderse por el camino de la mano de ninguno, y que la narración los enseñe y oculte con un tempo adecuado para que no se te vaya de la cabeza quien es quien y qué pinta en todo esto. Y por supuesto, que todos "pinten algo", es decir, que jueguen un papel relevante para el tronco argumental de la historia. Si no, perderse es fácil y en esta novela perderse detalle no es opcional, no es buena idea. Es malísima, de hecho.
Otra gran diferencia comparativa es que La Guerra del Francés en ningún momento divaga con subtramas laterales, todas ellas se reconducen hacia la central con la necesaria fluidez como para, de nuevo, evitar dispersar la atención e indeseables despistes. Llegado el momento final todas las esencias estén concentradas en el punto que por inevitabilidad a todos nos ha generado una alta expectativa de "traca final" Al fin y al cabo, y sin riesgo de fastidiarle a nadie el final, todos sabemos que Tarragona cae, ¿no? Y si alguien no lo sabía, tengo otra noticia fresca, fresca: "El Titanic se hundió"
Goleada a favor del La Guerra del Francés (lo siento, Arturo, majo). Aunque advierto que por su naturaleza coral y la densidad de acontecimientos, exige una lectura muy atenta. El autor nos lo pone fácil, pero hay que cooperar. No es un libro de lectura ligera.
Sobre detalles concretos de la trama y personajes no voy a extenderme más allá de copiar este precioso link para quien necesite más información: http://tarragonalaguerradelfrances.blogspot.com/
¿Se le puede poner alguna pega a la novela? Difícilmente, pero me gustan los retos. Las pegas que he encontrado creo que no son atribuibles a la novela en sí misma, más bien a la edición.
Lo primero que desaconsejo vivamente es leer la sinopsis de la contraportada. Definitivamente, tiene mucha más información de la que a priori muchos lectores queremos conocer antes de atacar la lectura de un libro y en concreto un spoiler que me parece bastante imperdonable. Eso normalmente solo pasa cuando la sinopsis la redacta alguien a quien el autor le cae mal y oposita al cargo de "peor enemigo", o cuando se le olvida que la sinopsis no debe contar el argumento de la novela sino incitar a su lectura y yo lo encuentro directamente, hostiable.
Lo segundo, inevitablemente, hay que hacer un poco la vista gorda con alguna que otra errata, sobre todo acentitos juguetones y comas esquivas. Actualmente se prepara una segunda impresión así que dentro de poco, posiblemente, este comentario ni siquiera "proceda".
Aunque todo ello es perdonable tratándose de una edición muy bonita y cuidada, con ilustraciones de grabados de la época, planos de la cuidad y los alrededores que ayudan a seguir los movimientos de los personajes y un formato de letra muy cómodo para la lectura incluso a los jodones que ya estamos tan acostumbrados al reader que tocar papel nos incordia porque no se puede cambiar el tamaño a la letra. No es el caso, es un libro que gusta tener en las manos. Además al mío le ha tocado en suerte una vida movidita, muy "mochilera", que ha resistido con brío sobreviviendo a varias escaramuzas y atentados sin más consecuencias que alguna cicatriz en la cubierta.
Y lo bien que le quedan como testimonio de su guerra... y de la mía.



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