Hoy os traigo un personaje histórico que tiene una importancia relevante en la segunda parte de la novela que estoy construyendo de La Guerra del Francés. Se trata de una mujer, Teresa Savall. Una heroína de la que existen pocas referencias en todo lo que he leído, pero que me ha permitido construir, llevado por esos escasos comentarios y por la enorme gesta que realizó, a dotarla de un fuerte temperamento, astucia, belleza y sobre todo, valentía.
Comentan las crónicas que el general Lacy, comandante en jefe de los ejércitos españoles en Cataluña, llevaba tiempo interceptando los correos del general Mathieu, gobernador de Barcelona.
El propósito era sencillo, lograr que dos de sus capitanes falsificaran su caligrafía y su firma. Pasado un tiempo, los dos oficiales eran grandes expertos. Cuando Lacy creyó que estaban preparados para ejecutar su inteligencia, ordenó escribir una falsa carta dirigida al gobernador de Tarragona, por aquel entonces ostentaba el cargo el general italiano Marcos Bertoletti. En la carta, Mathieu comunicaba a Bertoletti que debido a que las fuerzas españolas se encontraban camino a la Cerdaña, se reuniera con él en Villanueva. Debía salir de la ciudad de Tarragona con todos los soldados disponibles y un convoy de carros y tartanas para hacer acopio de víveres en dicha ciudad con la que alimentar a la dotación de Tarragona.
Comentan las crónicas que el general Lacy, comandante en jefe de los ejércitos españoles en Cataluña, llevaba tiempo interceptando los correos del general Mathieu, gobernador de Barcelona.
El propósito era sencillo, lograr que dos de sus capitanes falsificaran su caligrafía y su firma. Pasado un tiempo, los dos oficiales eran grandes expertos. Cuando Lacy creyó que estaban preparados para ejecutar su inteligencia, ordenó escribir una falsa carta dirigida al gobernador de Tarragona, por aquel entonces ostentaba el cargo el general italiano Marcos Bertoletti. En la carta, Mathieu comunicaba a Bertoletti que debido a que las fuerzas españolas se encontraban camino a la Cerdaña, se reuniera con él en Villanueva. Debía salir de la ciudad de Tarragona con todos los soldados disponibles y un convoy de carros y tartanas para hacer acopio de víveres en dicha ciudad con la que alimentar a la dotación de Tarragona.
La carta era impecable y Bertoletti se tragó el anzuelo. A pocas leguas, el barón de Eroles aguardaba oculto en la ciudad de Reus con su ejército de cuatro mil catalanes a que el gobernador abandonara la ciudad para tomarla por sorpresa.
.No se conoce el motivo, aunque existe un pasaje en el libro "Memoria del setge i ocupació de Tarragona", donde se indica, que el trazo final de la firma de Mathieu alertó a una persona del entorno de Bertoletti. El general envió un correo a Barcelona solicitando una confirmación de la primera carta. El resultado os lo podéis imaginar. Mathieu negó la existencia de la misma. Eroles no pudo tomar Tarragona cuando casi acariciaba el triunfo con sus dedos y Teresa Savall, que fue la encargada de entregar el oficio al general Francés, pues todo el mundo la tenía por una afrancesada que colaboraba con los gabachos, fue ahorcada en un arrebato de furia de Bertoletti. Sin juicio alguno.
Esta es la historia de esa mujer olvidada. Una heroína que cobra vida en mi obra. Una mujer inteligente, que no dudó en gastar su fortuna en fiestas y bailes que ofrecía a los gobernadores para ganarse su amistad.
Teresa estaba entregada totalmente a la causa. Se enamoró de Nicolás Carnot, un capitán de granaderos del ejército imperial al que hacía sufrir por las muchas intimidades que mantenía con los altos mandos. Un tullido que colaboró con Teresa y que enloqueció cuando Bertolettí la ajustició. Un hombre que realmente nunca supo a ciencia cierta que Teresa le amaba.
Teresa estaba entregada totalmente a la causa. Se enamoró de Nicolás Carnot, un capitán de granaderos del ejército imperial al que hacía sufrir por las muchas intimidades que mantenía con los altos mandos. Un tullido que colaboró con Teresa y que enloqueció cuando Bertolettí la ajustició. Un hombre que realmente nunca supo a ciencia cierta que Teresa le amaba.
Ella no disparó ningún cañón, pero con su valentía hubiera podido conquistar una ciudad entera.
En otro momento os reproduciré la carta original que provocó su muerte.
En otro momento os reproduciré la carta original que provocó su muerte.
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