martes, 2 de noviembre de 2010

Joan Ixart


Joan Ixart, quizás deberíamos llamarlo Manuel Acuña, pero también Pedro Sevilla, o el comisionado de Cádiz, incluso el impresor del Diario de Tarragona, pero nos quedaríamos cortos, porque Ixart es todos ellos y ninguno. 

Ixart, por llamarlo de alguna manera, es un asesino frío y calculador, un ser despreciable al servicio de Bonaparte que no duda en hundir su daga en el corazón de sus víctimas con tal de salirse con su plan y lograr el objetivo para el que ha sido enviado por el mismo Emperador.

Ixart atrae la atención de los alguaciles de la plaza y de los agentes españoles que velan por desbaratar la conspiración que planea sobre la ciudad abaluartada. Todos le vigilan muy estrechamente, pero él se pasea por las travesías de la ciudad sin ocultarse ante nadie. Se sabe vigilado, pero asume el riesgo. Se cree hábil y escurridizo, y parece ser que lo es. Tres sayones le abrigan el espinazo, pero él solo confía en sí mismo y es capaz de ensartar a su propia madre si se cree en peligro.

Un ser vil, el hombre de las mil caras, pero quizás Ixart solo sea la punta del iceberg de la conspiración.

2 comentarios:

  1. Yo ya le cogí manía al periodista de pacotilla, me cae francamente mal.Imagino, Amando, que cuando escribas sobre él, te cabrearás ¿verdad? Si es que el escritor se hace uno con los personajes y los ama o los detesta. Es inevitable pero así se escriben las buenas obras. MAGDA (Xanino)

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  2. Jaja. Bueno, lo que se produce, en mi opinión es una especie de empatía. Te transformas en hombre bueno u hombre malo, eso cuando lo construyes. Otra cosa diferente es cuando lees la obra de una forma mas objetiva, entonces es cuando te planteas, joer, que malo es este mamón.
    Gracias por visitarme Xanino. Un beso

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