La Guerra del Francés, Muerte al Invasor. Nueva reseña por Athman en Athnecdotario Incoherente

La Guerra del Francés: Muerte al invasor, de Amando Lacueva

Reseña de Athman, en Athnecdotario Incoherente

Buenos días, mis queridos Lectores Ausentes.

Hoy venimos con el último trabajo de Amando Lacueva, autor polifacético al que descubrimos hace ya un tiempo gracias a su novela de ciencia ficción Red Final y que en esta ocasión regresa al Athnecdotario  con algo muy distinto: La segunda parte de la saga “La Guerra del Francés”, iniciada con La Marca del Traidor y que continua ahora conMuerte al Invasor, una obra ambiciosa enmarcada dentro del género histórico, que nos lleva de vuelta al pasado para conocer de primera mano cómo vivieron los habitantes de Tarragona la dureza de la ocupación francesa y cómo lucharon por deshacerse de ella, pagando un alto precio para ello.

No he tenido ocasión de leer el anterior volumen, pero ya adelanto que eso no ha supuesto impedimento alguno para entrar en la historia, ya que a lo largo de la narración se hacen referencias a ella y nos permiten ubicar los acontecimientos mencionados sin ningún problema, situándolos dentro del actual contexto de manera sencilla. Los personajes se encargaran de ponernos en situación de una forma tan natural que no tendremos dificultad en absoluto para entender a que se refieren y seguir el hilo.

Tras una ardua labor de documentación, Amando logra conjugar el rigor histórico con los elementos típicos de la novela de aventuras, permitiéndose algunas licencias creativas  para construir  la trama. Pequeños detalles ajustados para el buen desarrollo de la historia,  que en modo alguno interfieren en la veracidad de los hechos acontecidos ni en lo duro y trágico que resultó todo ello.

Resulta particularmente acertado el modo en que se narra la historia, gracias a la figura del Mellado, personaje carismático donde los haya, que se encarga de anticiparnos lo que leeremos a continuación,  desde su propio punto de vista como implicado en los hechos. Pese a que ello nos recuerda que nos encontramos ante una obra de ficción dentro de lo que es el contexto histórico, resulta a la vez un modo excelente de darle credibilidad a la novela. Esa mezcla de personajes reales con otros salidos de la imaginación del autor, el modo en que interactúan  y como se desarrolla la trama a raíz de sus actos siendo fiel a lo que ocurrió realmente, supone un ejercicio creativo destacable y muy logrado.

La presencia del Mellado es más que testimonial y se convierte en el hilo conductor de la historia. Pese a que la novela cambia de voz narradora, pasando desde lo que nos cuenta este personaje a una voz en tercera persona según el momento, siempre regresamos a él, ya que es a través de su relato  y sus apreciaciones que la historia fluye. Él nos ofrece el punto de partida y nos avisa capítulo a capítulo con lo que nos vamos a encontrar.

Conoceremos por su boca el papel de los brigants y su valentía desesperada, fruto del odio y del afán de venganza. Sabremos de como sufrieron y lucharon en desventaja, como fueron traicionados por sus propios paisanos, a quien llamaban despectivamenteCaragirats. Conoceremos la total falta de escrúpulos y las malas artes de las tropas francesas, del desprecio de los italianos, de la tardía ayuda de los ingleses, quienes se convirtieron en inesperados aliados y sobre todo, de las penurias que tuvieron que soportar los habitantes de Tarragona bajo la opresión del enemigo.

Personajes tan carismáticos como Sacallona, Teresa Savall, fray Fulgencio o Mingo, el bandolero, y villanos tan magníficos y terribles como el capitán Caliani  o el Rajoler, suponen lo mejor de la novela.  Unos reales, otros inventados, pero todos ellos dotados de una fuerza  y pasión desmedida, aportándole a la narración una credibilidad abrumadora, sin perder por ello ese sabor a la mejor novela de aventuras.

Y  es que si algo destaca en la novela es justamente eso.  El que Muerte al Invasor sea a la vez una crónica negra de nuestro pasado, en la que conoceremos de primera mano las atrocidades que se cometieron y la desgracia y la miseria que supuso la invasión, la de recordar las cientos de caras anónimas que sufrieron, lucharon  y murieron bajo el yugo francés y la crudeza de aquellos años, pero al mismo tiempo, nos encontremos ante una obra que reúne lo mejor del género de aventuras, con todos los ingredientes necesarios: Héroes, villanos, acción, humor, intrigas, venganza, traiciones, sacrificio, amor…

Con un ritmo ágil y vibrante, la novela es un carrusel de emociones. El lector se siente atrapado por la historia, con el corazón en un puño ante la posibilidad de que todos los esfuerzos sean en vano, de que tanto sacrificio y tanta valentía no sirvan para nada. La historia es la que es y no se puede cambiar, pero todos temeremos por el destino de nuestros personajes y desearemos con todas nuestras fuerzas para que logren salir adelante.

Lacueva es un narrador nato. Teje con arte hilo a hilo, desarrollando la historia mientras ata con paciencia las distintas tramas. Sabe cuando debe apretar al lector y cuando debe dejarle un minuto para recuperar el aliento. Como implicarle con lo que cuenta, llevándole a su terreno y haciendo que no podamos dejar de leer.  Sentiremos en nuestras carnes los abusos y el desprecio del ejercito enemigo, palparemos la desesperación, sentiremos hervir la sangre y nuestras manos buscarán de forma inconsciente la perica en nuestra faja, para cobrarnos justa venganza.

Al fin y al cabo en cualquier guerra resulta difícil, por no decir absurdo,  hablar de buenos o malos, pero no cabe duda de que Lacueva ha sabido transmitir el sentimiento de una población que vio como el invasor destruía todo aquello que amaba. Y que ante esa circunstancia y pese al precio a pagar,  se negó a rendirse.

Un episodio de nuestra historia que ha sido retratado con maestría por el autor, en una novela que no solo nos recuerda nuestro pasado, sino que resulta una lectura sumamente  interesante y entretenida, y que no puedo más que recomendar.